Conducta y situación

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Conducta y situación

La psicología, como otras ciencias, ha considerado al hombre en forma aislada, y a todas sus manifestaciones como productos, atributos o propiedades inherentes a la condición «natural» del hombre.

Este enfoque es la lógica extensión a la psicología del supuesto filosófico de que cada sustancia se caracteriza por sus atributos y, por lo tanto, cada objeto posee propiedades peculiares que sólo dependen de él, de su «naturaleza».

Este enfoque ha entrado, sin embargo, progresivamente en crisis, porque las cualidades de todos los objetos dependen no sólo de la «naturaleza» del objeto, sino que son siempre cualidades relativas, que emergen de las relaciones que se establecen en un momento dado.

Las propiedades de los objetos sólo pueden ser definidas en función de un relativismo: el de las condiciones en las que existen en un momento dado. Y esto es vigente para todas las ciencias; un objeto duro lo es a determinada temperatura, presión y humedad de la atmósfera; en condiciones distintas puede ser blando.

Un objeto de un color puede ser de un color totalmente distinto en condiciones diferentes. El aire es gaseoso, pero lo es a determinada presión y temperatura; modificando adecuadamente esas condiciones el aire puede ser líquido.

El que contemos con condiciones relativamente estables hace que, en general y para un determinado sector del desarrollo de la investigación, las modificaciones relacionales no cuenten, pero sobrepasado un límite ya no se puede continuar la investigación sin tomar en cuenta este relativismo. En psicología estos hechos son, sin embargo, de una gravitación fundamental: la conducta de un ser humano o de un grupo está siempre en función de las relaciones y condiciones interactuantes en cada momento dado.

El caso del juego de los niños durante el recreo en una escuela

En una oportunidad en que se trataba de estudiar en una escuela el juego de los niños durante el recreo, se adujo que la presencia de un observador durante los recreos alteraría el juego natural de los niños. Es evidente que las observaciones recogidas están en cierta medida condicionadas por la presencia del observador, pero nada justifica llamar condiciones naturales a la situación habitual en la que no hay observador.

Se hace en estos casos una trasposición de lo que es habitual a la condición de natural, de algo ya dado en la naturaleza de los hechos. El juego de los niños en condiciones habituales depende de todas las condiciones que también son relativas, pero que por habituales pasan inadvertidas, tomando en cuenta solamente al objeto de estudio abstraído de la situación total.

Para estudiar un fenómeno debemos, entonces, hacerlo en función de sus relaciones, en un momento dado. En el ejemplo anterior del juego de los niños durante el recreo, debemos estudiar en este momento, a estos niños, en este recreo y en esta escuela.

Ya no es el estudio de un hecho, suceso u objeto aislado tomado «en sí», sino en las relaciones y condiciones de interacción en cada momento dado.

En el campo de la química

Esto rige, por ejemplo, también en el campo de los productos químicos y su utilización terapéutica. Un derivado barbitúrico no tiene propiedades farmacológicas y químicas por su «naturaleza» exclusiva; es decir, su propiedad de ser hipnótico no sólo depende de la droga sino, además, de las condiciones del organismo y de la relación transferencial con quien la administra; un cambio en esos factores puede hacer que la droga excite y despierte en lugar de dormir, así como una droga puede provocar dolor de cabeza cuando, en otras condiciones, la misma droga lo calma.

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Seguramente que toda la farmacología debe ser revisada en función de considerar las propiedades, no sólo como inherentes a la naturaleza de un producto, sino como emergentes de una Gestalt.

El adentro y el afuera retroalimentándose

Esta diferencia, que Lewin ha presentado como un pasaje del pensamiento aristotélico al pensamiento galileano, es de suma importancia para la psicología contemporánea. La conducta del ser humano no es ya una cualidad que emerge de un algo interior y que se despliega en un afuera; no hay que buscar en un «adentro» lo que se manifiesta «afuera».

Las cualidades de un ser humano derivan siempre de su relación con el conjunto de condiciones totales y reales. El conjunto de elementos, hechos, relaciones y condiciones, constituye lo que se denomina situación, que cubre siempre una fase o un cierto período, un tiempo.

Definiciones de «situación»

Lalande define la situación como el «término empleado por algunos filósofos contemporáneos, especialmente por Dewey, para designar en lenguaje neutro, tal fase determinada de la experiencia, cierto conjunto típico de condiciones concretas, que constituyen o determinan tal estado de la actividad».

En forma coincidente, Fairchild incluye la siguiente definición: «La totalidad de factores, internos y externos, orgánicos y ambientales, de importancia para la conducta que se investiga, tales como aparecen a un observador en un análisis científico objetivo.»

Von Uexküll introdujo el término Umwelt para designar así al mundo circundante que es el producto del organismo, pero como se lo confundió con el milieu que es lo que rodea en forma inmediata al organismo, el mismo autor lo reemplazó por Merkwelt (mundo perceptible) con lo cual designa el mundo especial que tiene cada organismo, formado por lo que él recoge o percibe del mundo exterior.

Los seres humanos estudiados en psicología, sea en forma individual o grupal, deben serlo siempre en función y en relación estrecha con el contexto real de todos los factores concretos que configuran la situación. No es lo mismo referirse al hombre de la era industrial que al de la esclavitud, y no es lo mismo en la era industrial un período de crisis y desocupación que otro de prosperidad.

Tampoco son idénticas las situaciones de distintas épocas de la vida de un mismo individuo ni las de sus distintas actividades, incluso en el curso del mismo día; no es totalmente el mismo ser humano ni son las mismas las condiciones exteriores.

PSICOLOGÍA DE LA CONDUCTA, Capítulo III Situación y campo, José Bleger

Conducta y situación posibilita trabajar sobre los siguientes temas: campo, conducta, situación

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