¿Cuáles son los aspectos de la escucha activa?

Los aspectos de la escucha activa implican dominar una serie de habilidades, desde aprender a leer señales sutiles hasta controlar su propia respuesta emocional. Requiere tanto empatía como autoconciencia.

La escucha activa es cuando no sólo escuchas lo que alguien dice, sino que también te sintonizas con sus pensamientos y sentimientos. Convierte una conversación en una interacción bidireccional activa, no competitiva.

Robin Abrahams y Boris Groysberg de la Escuela de Negocios de Harvard describen que la escucha activa tiene tres aspectos: cognitivo, emocional y conductual.

• Cognitivo: prestar atención a toda la información, tanto explícita como implícita, que estás recibiendo de la otra persona, comprendiendo e integrando esa información.
• Emocional: Mantener la calma y ser compasivo durante la conversación, incluido el manejo de cualquier reacción emocional (molestia, aburrimiento) que pueda experimentar.
• Comportamiento: transmitir interés y comprensión de forma verbal y no verbal.

Ser bueno en la escucha activa es un esfuerzo de toda la vida. Sin embargo, incluso las mejoras menores pueden marcar una gran diferencia en su eficacia auditiva.

Esta metáfora de los consultores de liderazgo Jack Zenger y Joseph Folkman también podría ser útil para comprender qué es la escucha activa: “No eres una esponja que se limita a absorber información. En lugar de eso, piensa en ti mismo más como un trampolín que da energía, aceleración, altura y amplificación a los pensamientos del hablante”.

Comprenda su estilo de escucha predeterminado

Uno de los conceptos erróneos en torno a esta habilidad social es que hay una manera de hacerlo: o estás escuchando o no. Pero hay diferentes estilos entre los que debes poder cambiar, según las necesidades del hablante.

Primero, es importante reflexionar y preguntar: “¿Cómo escucho normalmente?”

Minehart y sus coautores, en su trabajo en el campo de la atención médica, observaron cuatro estilos de escucha distintos:

1. Un oyente orientado a las tareas se centra en la eficiencia y da forma a una conversación en torno a la transferencia de información importante.
2. Un oyente analítico tiene como objetivo analizar un problema desde un punto de partida neutral.
3. Un oyente relacional busca construir conexión y comprender y responder a las emociones subyacentes a un mensaje.
4. Un oyente crítico normalmente juzga tanto el contenido de la conversación como al propio hablante.

Es posible que, por costumbre, utilice uno de estos modos de forma predeterminada en la mayoría de las situaciones. Y eso está bien. La clave es desarrollar la conciencia para comprender qué modo utiliza normalmente.

Conocer su estilo predeterminado puede ayudarle a tomar una decisión consciente y deliberada sobre si usar ese estilo o elegir un modo diferente que sea más apropiado para la situación específica.

(Fuente: https://hbr.org/2024/01/what-is-active-listening)